Uno de los lugares más bonitos que ofrece la comarca de El Comtat es este viejo molino ubicado en un bonito enclave natural. En días de lluvia sin duda luce mejor, es un destino natural turístico ideal para visitar en familia. El Molí del Salt por la Senda dels Molins se trata de una ruta sencilla de 1,5 kilómetros. La duración estimada del recorrido es de 2 horas. Es apta para todos los públicos y perfecta para hacer excursiones con niños durante otoño y el resto del año.
Al hacer esta ruta estaremos conociendo el viejo molino del siglo XVIII y podremos ver el hermoso salto de agua de unos 20 metros del río Penàguila, mejor conocido como el Salt de Benilloba. Además de la visita final al Molí del Salt, también veremos la Font de la Teulería, un viejo molino llamado el Molí de los Penyes del Salt (construido en 1852) y un antiguo puente.
¿Cómo llegar al Molí del Salt?
Tenemos que llegar al pueblo de Benilloba por la CV-70. Si vas desde Benidorm tendrás que pasar por el pueblo y tomar el primer tramo a la derecha en dirección Concentaina (CV-790). Si vas desde Alcoy, la salida es por la izquierda, luego de recorrer unos metros, a la derecha te encuentras con una carretera asfaltada girando 120°. Ya solo es cuestión de un par de minutos para llegar al área recreativa de Els Molins.
Tanto desde Alicante como desde Valencia, debemos tomar la autovía A-7, dirección Alcoy. En ambos casos debemos abandonarla por la salida 442, a la altura de Cocentaina y, a continuación, seguimos por la carretera CV-790.
Sobre la ruta al Molí del Salt
La ruta de senderismo hasta el Molí del Salt está muy bien señalizada, es una ruta fácil de hacer y perfecta para ir con niños. El recorrido nos tomará poco más de dos horas. La temporada más adecuada para realizar esta bonita ruta es en otoño, cuando el caudal es abundante y la vegetación está entre amarilla y naranja. Sin embargo, es recomendable para visitar en cualquier época del año.
La ruta inicia a unos metros del pueblo de Benilloba, se puede cruzar el pueblo siguiendo los paneles indicativos que nos lleva hasta el área de picnic. O bien podemos aparcar el coche al inicio de la ruta.
- Del lado izquierdo encontramos un merendero rodeado de naturaleza y hermosas vistas. Hay al menos unas 3 mesitas para sentarse a tardear y charlar un poco. La ruta inicia y trasciende por sendas adaptadas con escaleras de piedras y por caminos de tierra con barandillas mayormente.
- Lo primero que veremos será el viejo puente de piedra que cruza el cañón del río Penáguila, desde el cual podemos observar a la izquierda el Molí de les Penyes del Salt o lo que queda actualmente de él. Su construcción data de 1852 y actualmente no dispone de mucha agua, así que es más la fachada lo que veremos. De cualquier forma, desde este punto también veremos hermosos paisajes y si vas en otoño, podrás disfrutar del camino pintado de amarillo por la vegetación y grandes chopos de con esta misma coloración.
- Luego de cruzar el puente de piedra, ahora caminamos con el río Penáguila a nuestra derecha. Seguimos nuestro camino y dejamos a la derecha unas oliveras, pronto vemos las escaleras que nos llevan al molino. Antes de descender por la derecha, nos encontramos con otras escaleras que nos llevan en descenso al Molí del Salt.
- Pero antes de llegar, hay un camino pequeño a la derecha poco visible cuando la vegetación está densa, que nos lleva a una antigua acequia que era la encargada de conducir el agua a un pozo de molinos. Al adentrarnos en la antigua acequia es casi como entrar en una cueva, si te apetece, puedes llevar linterna para ver mejor y tomar fotografías.
- Desde arriba estando en la acequia podemos tener una vista más amplia del Molí del Salt. Volvemos por el camino para retomar la senda y encontrarnos con la cascada que le da nombre, la cual supera los 20 metros de altura y que en época de lluvias luce espectacular. Este molino es mucho más antiguo que el que vimos primero por el puente de piedra.
- Su construcción remonta la década de 1760, para ese entonces era propiedad de Condes de Revilla-Gigedo. En 1889 fue convertido en central hidroeléctrica para poder abastecer de luz al pueblo de Benilloba. Se le conoce como La Fàbrica de la Llum.
- Llegado a este punto, es momento de volver al inicio de nuestra ruta por el mismo camino, es decir, por la Senda dels Molins.
Una de las maravillas de esta ruta de senderismo es que nos permite adentrarnos en el bosque de chopos del Molí del Salt, un lugar bonito con sendas estrechas que discurre entre vegetación y bonitos paisajes.
Al tratarse de una ruta de senderismo corta en Alicante, podemos aprovechar lo que queda de día para visitar y conocer el casco antiguo del pueblo de Benilloba. Entre los puntos de interés están: la Iglesia de Benilloba, Carrer Major, Fuente del Progreso y la antigua escuela.
Sobre el Molí del Salt
El molino fue construido en el siglo XVIII, durante los años 1760 y 1770, fue propiedad de los Condes de Revilla-gigedo, quienes lo arrendaron a varios molineros con fines de lucro antes de venderlo en 1865 a don Benjamín Barrié Dosonié, cónsul de su Majestad Británica en lo que actualmente es la Comunidad Valenciana.
En 1899, Luís Orta Montpartler, vecino de Benilloba, compró el molino a nombre de la Sociedad Eléctrica de Benilloba (La Fàbrica de la Llum). Aunque en la actualidad está en manos privadas, muy poco se ha hecho por mantenerlo en buen estado.
El edificio del Molí o Central Hidroelèctrica del Salt, se construyó sobre la roca y está alzado sobre el vacío, junto a la cascada que origina el río Penáguila a su paso por una garganta en las cercanías de Benilloba.
Durante su funcionamiento, producía energía eléctrica que era suministrada a esta localidad. Estuvo en funcionamiento hasta la década de los cuarenta, desde entonces está abandonado y en estado ruinoso. Aquí se instaló el primer aparato telefónico de la localidad, ya que era necesario para avisar en caso de averías u otras contingencias.
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